Lejana esperanza.
Abro mi venta por si te veo,
borro las nubes para buscarte,
pido al sol que vuelva mañana
porque mantengo mi fe, en
encontrarte.
La noche se ha consumado en
mí
y todas las figuras son
pardas.
Esperaré a que vuelva mañana,
dije,
mientras cerraba los ojos
para verte.
Espero que el sol de mañana
disipe esa nube gris para poder ver
esa bella luz de la esperanza
que anida en mi alma como
huésped.
Cuando amaneció, por fin,
en un lejano horizonte, pude
verte,
vi que tu luz hermosa me
llamaba,
pero mis brazos no alcanzaban
para abrazarte y entristecí;
en ese claro momento pude ver
una nube con una antorcha
encendida
que se acercaba a mi,
llamándome,
y decía; aquí está tu
esperanza
premio a tu fe recobrada,
casi pedida.
Desde entonces, es día para
mí,
con un amanecer luminoso,
una esperanza muy cercana, y
una fe cristalina, como el
agua mansa
de la fuente que canta, en la
montaña.
Jecego. Domingo 08/10/17.
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