Hablé con una estrella al
medio día.
Extraño acontecer me pregunto
¿como poder hablar con una
estrella
sin verla con los ojos del
cuerpo?;
que contrariedad mirar a
cielo sin ver
y tener que esperar a la
noche para poder
disfrutar de las estrella en
el cielo;
triste consuelo esperar que
el cielo derroche
su luz y vista de negro, para
ver sus estrellas
brillando como luceros, tan
lejos y bellas
al fondo del tupido velo de
la noche.
Mi pena está fuera de mis
sentidos, vagando
por un mundo que no comprendo;
cuando el sol me alumbra, no
veo
y cuando se oculta, veo las
estrella en el cielo;
me llaman, les llamo, no sé
cuales son sus señas,
el día y la noche me
confundieron,
por el día miro al cielo y no las veo
y por la noche sueño con ellas,
tan lejos y las veo.
Para resolver mi problema
resolví
al medio día, cerrar los ojos
para verlas;
hablar con ellas y decirles:
que más allá de la noche está
la luz,
y que ante la dificultad está
el ingenio;
hay en nosotros otra luz, que
no viene del sol,
esa luz que llevamos dentro,
regalo de Dios.
Úsala.
Piensa. Razona. Estamos
vivos.
No todo es silencio, ni
noche.
Hay algo que nos distingue de
las piedras.
Descúbrelo.
Jecego. 05/07/17.
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